Banca de Inversión

Una empresa se encuentra alineada cuando hay coherencia y consistencia en el desempeño obtenido en la gestión del negocio con respecto a los objetivos estratégicos de largo plazo, en otras palabras, debe existir una conexión estrecha entre estrategia y ejecución.  Es clave la adopción de prácticas de medición y calibración continua, es un ciclo dinámico que debe entregar eficiencias y permitir la optimización en la asignación de recursos y generación de sinergias operativas, así es como la empresa crea valor de manera efectiva y sostenible

Cuando se habla de crecimiento existe el sesgo común de asociar esta palabra con volumen de ventas, cantidad de colaboradores, nivel de facturación, entre otras variables más. El crecimiento es una tendencia más amplia e integral, involucra evolución de su base o fundamento clave, como por ejemplo; curva de aprendizaje, capacidades y habilidades organizacionales, disponibilidad de recursos, desarrollo de cultura y clima organizacional;  y otros aspectos indispensables para generar sinergias y eficiencias  y entregar valor agregado a su negocio. El crecimiento debe ser una partitura con su propio tono y ritmo, desentonar implica causar estrés y exposición al riesgo, y con ello aumentar la probabilidad de implosión en la organización cuando se sustenta sobre bases débiles.  

Cualquier estrategia de crecimiento cuyo resultado no haya sido el esperado en términos de eficiencia organizacional y aporte de valor agregado, puede y debe ser considerada como ineficiente o fallida, sin omitir eso sí, el beneficio indirecto que se obtiene de estos yerros a nivel de aprendizaje del negocio.  No existen diagnósticos ni planes perfectos, no obstante, cualquier estrategia deberá desarrollarse sobre supuestos y hallazgos lo más apegados posible a la realidad, y construidos sobre bases adecuadas de negocio, así se mejoran sus probabilidades de éxito. La estrategia ejecutada será beneficiosa si genera eficiencias y valor adicional a la empresa, ambos requisitos ineludibles para planes de crecimiento

Empezaremos por describir este concepto, el crecimiento orgánico es aquel que se origina de la  operación de la empresa utilizando sus propios recursos, adonde el volumen de negocio y la capacidad de generación de efectivo experimentan incrementos reales con respecto a períodos anteriores.  Cuantitativamente se evidencia en el volumen de utilidad operativa y capital de trabajo neto de operación, cualitativamente variables como posicionamiento de marca, fidelización de clientes, relación con proveedores, capacidades organizacionales entre otras, son tomadas en cuenta. El ingrediente necesario para lograrlo es la adecuada gestión de negocio, y su resultado más importante es la creación de ventajas competitivas y comparativas gracias al correcto aprovechamiento de las fortalezas y oportunidades y gestión del riesgo. El crecimiento orgánico sano y ordenado proporciona la plataforma adecuada para crecer inorgánicamente cuando las alternativas orgánicas están agotadas o bien al procurar economías de tiempo y esfuerzos

A diferencia del crecimiento orgánico este tipo de estrategia se financia con recursos de capital disponibles en la empresa después de haber cubierto sus necesidades y gastos operativos, en una mayoría de ocasiones recurre también a financiamiento externo. El objetivo que busca es acelerar el crecimiento del negocio por medio de operaciones de fusiones y adquisiciones de otras empresas, líneas de producción o marcas. El beneficio más importante detrás de este tipo de estrategia es el  ahorro de tiempo que se logra al adquirir o incorporar al negocio operaciones ya en funcionamiento, la alternativa opuesta sería empezar una inversión de similar características desde cero.  Por lo general, empresas que han desarrollado orgánicamente ventajas competitivas, disponen de cierto capital disponible y que se encuentran en una etapa de madurez avanzada realizan estrategias inorgánicas de crecimiento.